La Costa del Ecuador es una mezcla fascinante de planicies, cubierta con plantaciones de banano, café, cacao, maderas finas y arroz; coloridas y pintorescas aldeas pesqueras, además de 800 kilómetros de línea costera con una cadena interminable de bahías y ensenadas con imponentes playas algunas de arena blanca y la majestuosa presencia del Océano Pacífico. Aquí, las primeras culturas ancestrales que habitaron el país desarrollaron admirables organizaciones sociales, además de una vocación natural por el arte fino como joyería y cerámica que están expuestos en los centros arqueológicos y museos de sitio localizados a lo largo de la costa.